El sistema nervioso es una red compleja y fundamental que controla la mayoría de las funciones del cuerpo humano. En este artículo nos enfocaremos en el conocimiento básico del sistema nervioso, también referido como sistema nervioso corto en algunos contextos o definiciones simplificadas. Este tema abarca desde su estructura hasta su función, permitiendo comprender cómo el cuerpo percibe, reacciona y se comunica internamente.
¿Qué es el sistema nervioso corto?
El sistema nervioso, a menudo llamado sistema nervioso corto en contextos educativos o divulgativos, es el conjunto de órganos que controlan y coordinan las funciones del cuerpo. Está compuesto principalmente por el encéfalo, la médula espinal y los nervios periféricos que se extienden hacia todo el cuerpo. Su función principal es recibir información del entorno, procesarla y emitir respuestas adecuadas.
Este sistema es esencial para el funcionamiento de todas las actividades vitales, desde movimientos voluntarios hasta funciones automáticas como la respiración o el latido del corazón. Es el responsable de la percepción sensorial, el pensamiento, la memoria y la regulación de las funciones corporales.
Un dato interesante es que el sistema nervioso humano contiene más de 86 mil millones de neuronas, según un estudio publicado en *The Journal of Comparative Neurology* en 2009. Esta cantidad supera con creces la estimación previa de 100 mil millones, lo que resalta la complejidad y la importancia de este sistema para la vida humana.
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La importancia de la coordinación en el cuerpo humano
El sistema nervioso actúa como el centro de mando del cuerpo, facilitando la comunicación entre los órganos, tejidos y sistemas. Esta coordinación es esencial para mantener el equilibrio interno (homeostasis), permitir la percepción del entorno y generar respuestas oportunas. Por ejemplo, cuando una persona toca algo caliente, el sistema nervioso envía inmediatamente una señal a la mano para retirarla antes de que ocurra una lesión.
Además de sus funciones sensoriales y motoras, el sistema nervioso también interviene en procesos cognitivos como el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones. En el cerebro, áreas específicas se especializan en tareas concretas: el lóbulo frontal está relacionado con el razonamiento y el control del comportamiento, mientras que el lóbulo temporal interviene en la memoria y el procesamiento del lenguaje.
El sistema nervioso también se comunica con el sistema endocrino, mediante señales químicas como las hormonas, para regular funciones como el estrés, la digestión y el crecimiento. Esta interacción es clave para la supervivencia del organismo.
La división del sistema nervioso
Para comprender mejor su funcionamiento, el sistema nervioso se divide en dos grandes partes: el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP). El SNC incluye el cerebro y la médula espinal, que procesan la información recibida. Por su parte, el SNP se compone de los nervios que se extienden desde el SNC hacia el resto del cuerpo.
Dentro del SNP, se distinguen dos tipos principales: el sistema nervioso somático, que controla movimientos voluntarios y la recepción de estímulos sensoriales, y el sistema nervioso autónomo, que regula funciones involuntarias como la digestión, la frecuencia cardíaca y la respiración. Este último se subdivide en sistema nervioso simpático (activa el cuerpo en situaciones de estrés) y sistema nervioso parasimpático (promueve la relajación y la recuperación).
Ejemplos de cómo el sistema nervioso actúa en la vida diaria
El sistema nervioso interviene en cada acción que realizamos. Por ejemplo, al caminar, el cerebro envía señales a los músculos de las piernas para que se muevan de manera coordinada, mientras que los receptores en los pies informan sobre el terreno y el equilibrio. Otro ejemplo es el reflejo de retirar la mano al tocar algo caliente: este es un ejemplo de respuesta inmediata, sin necesidad de pensarlo conscientemente.
También interviene en emociones: cuando alguien nos hace sentir felices o tristes, el sistema nervioso libera neurotransmisores como la serotonina o la dopamina, que influyen en nuestro estado de ánimo. En situaciones de peligro, el sistema nervioso simpático activa la respuesta de lucha o huida, aumentando la frecuencia cardíaca y la respiración para preparar al cuerpo a enfrentar o escapar de una amenaza.
El concepto de sinapsis en el sistema nervioso
Una sinapsis es el punto de conexión entre dos neuronas, donde se transmite la información mediante señales químicas o eléctricas. Este proceso es fundamental para la comunicación dentro del sistema nervioso. Cuando una neurona transmite una señal, libera neurotransmisores en la sinapsis, que son captados por la neurona receptora, permitiendo así la continuidad del mensaje.
Existen más de 100 tipos de neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina, la acetilcolina y la noradrenalina, cada uno con funciones específicas. Por ejemplo, la dopamina está relacionada con la recompensa y el placer, mientras que la acetilcolina interviene en el control muscular. Un desequilibrio en los neurotransmisores puede causar trastornos neurológicos o psiquiátricos.
5 ejemplos de trastornos del sistema nervioso
- Epilepsia: Trastorno caracterizado por convulsiones recurrentes debido a descargas anormales en el cerebro.
- Esclerosis múltiple: Enfermedad autoinmune que afecta la mielina, interfiriendo con la transmisión de señales nerviosas.
- Demencia: Incluye trastornos como el Alzheimer, que afectan la memoria y la capacidad cognitiva.
- Parkinson: Enfermedad degenerativa del sistema nervioso que afecta el movimiento y el equilibrio.
- Neuropatía periférica: Trastorno que afecta los nervios periféricos, causando dolor, entumecimiento o debilidad.
La evolución del sistema nervioso en los seres vivos
En la historia de la evolución, el sistema nervioso ha ido evolucionando desde formas simples hasta complejidades como las del ser humano. En organismos unicelulares, como las amebas, no existe un sistema nervioso tal como lo conocemos, pero sí responden a estímulos del entorno. En invertebrados primitivos, como los gusanos planos, aparecen redes nerviosas que permiten respuestas más elaboradas.
Con el tiempo, en animales más complejos como los artrópodos y los vertebrados, el sistema nervioso se organizó en estructuras más especializadas. En los mamíferos, el cerebro se desarrolló con áreas dedicadas a funciones cognitivas avanzadas, lo que permitió la supervivencia y adaptación en entornos cambiantes.
¿Para qué sirve el sistema nervioso?
El sistema nervioso es esencial para la supervivencia del ser humano. Sus principales funciones incluyen:
- Percepción sensorial: Recibir información del entorno a través de los sentidos.
- Procesamiento de información: Analizar los estímulos y determinar una respuesta adecuada.
- Control motor: Coordinar movimientos voluntarios e involuntarios.
- Regulación de funciones corporales: Mantener la homeostasis mediante respuestas automáticas.
- Funciones cognitivas: Pensar, aprender, recordar y comunicarse.
Por ejemplo, cuando una persona está en un examen, el sistema nervioso está activo para procesar la información leída, recordar los conocimientos aprendidos y escribir las respuestas.
El sistema nervioso central y periférico
El sistema nervioso central (SNC) es el encargado de procesar la información que recibe del cuerpo y del entorno. Está compuesto por el cerebro y la médula espinal. Por su parte, el sistema nervioso periférico (SNP) se encarga de transmitir señales entre el SNC y el resto del cuerpo.
El cerebro, con sus aproximadamente 86 mil millones de neuronas, es el centro de control del cuerpo. La médula espinal, ubicada dentro de la columna vertebral, actúa como una vía de comunicación entre el cerebro y el cuerpo. Los nervios periféricos, en tanto, pueden ser motores (que envían señales de movimiento) o sensoriales (que reciben información del entorno).
La importancia de la plasticidad neuronal
La plasticidad neuronal es la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse a lo largo de la vida. Este fenómeno permite que el sistema nervioso aprenda, se recupere de lesiones y se ajuste a nuevas situaciones. Por ejemplo, personas que sufren un accidente cerebrovascular pueden recuperar ciertas funciones mediante terapias que estimulan la plasticidad cerebral.
La plasticidad también interviene en el aprendizaje y la memoria. Cada vez que practicamos una nueva habilidad, como tocar el piano o aprender un idioma, el cerebro forma nuevas conexiones neuronales. Este proceso es especialmente intenso durante la infancia, pero sigue siendo posible a lo largo de toda la vida.
El significado de la palabra sistema nervioso
El término sistema nervioso se refiere al conjunto de estructuras que permiten la comunicación y coordinación entre las diversas partes del cuerpo. La palabra sistema indica que se trata de un conjunto organizado de órganos que trabajan juntos, mientras que nervioso se refiere a las neuronas y su actividad.
Este sistema está presente en todos los animales, aunque su complejidad varía según la especie. En humanos, su desarrollo es uno de los factores que distingue a nuestra especie, permitiendo capacidades cognitivas avanzadas y una gran variedad de comportamientos.
¿De dónde proviene el término sistema nervioso?
El término sistema nervioso tiene sus raíces en el latín, donde nervus significa cuerda o tendón, y sistema proviene del griego systēma, que significa conjunto organizado. La palabra fue utilizada por primera vez de manera formal en el siglo XIX por médicos y científicos que estudiaban la anatomía y fisiología del cuerpo humano.
En la antigua Grecia, Hipócrates y Galeno ya habían observado la existencia de estructuras nerviosas, aunque no entendían su función completa. Fue en el siglo XVII, con la invención del microscopio, que los científicos pudieron observar las neuronas y comenzar a comprender el funcionamiento del sistema nervioso.
El sistema nervioso y su relación con el sistema endocrino
El sistema nervioso y el sistema endocrino trabajan en estrecha colaboración para mantener el equilibrio del cuerpo. Mientras que el sistema nervioso responde a estímulos con señales rápidas a través de impulsos eléctricos, el sistema endocrino utiliza hormonas para enviar mensajes más lentos pero duraderos.
Por ejemplo, cuando una persona experimenta estrés, el sistema nervioso simpático activa la glándula suprarrenal, que libera adrenalina. Esta hormona prepara al cuerpo para una respuesta de lucha o huida, aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Este tipo de interacción es fundamental para la supervivencia y el bienestar general.
¿Cómo se divide el sistema nervioso?
El sistema nervioso se divide en dos grandes partes: el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP). El SNC está compuesto por el cerebro y la médula espinal, mientras que el SNP incluye todos los nervios que se extienden desde el SNC hacia los órganos y tejidos del cuerpo.
El SNP se divide a su vez en sistema nervioso somático y sistema nervioso autónomo. El sistema somático controla movimientos voluntarios y la percepción sensorial, mientras que el sistema autónomo regula funciones involuntarias como la digestión, la respiración y la circulación.
Cómo usar el sistema nervioso en el contexto de la salud
Entender el funcionamiento del sistema nervioso es fundamental para prevenir y tratar enfermedades neurológicas. Por ejemplo, mantener un estilo de vida saludable, con ejercicio físico regular, una dieta equilibrada y descanso adecuado, ayuda a mantener el sistema nervioso en óptimas condiciones.
Además, el manejo del estrés y la práctica de técnicas como la meditación o la relajación pueden beneficiar al sistema nervioso autónomo, reduciendo la actividad del sistema simpático y promoviendo el equilibrio entre estrés y relajación. En el ámbito médico, el estudio del sistema nervioso permite el desarrollo de tratamientos para trastornos como la epilepsia, el Parkinson o la esclerosis múltiple.
El impacto del sistema nervioso en el aprendizaje
El sistema nervioso desempeña un papel crucial en el proceso de aprendizaje. Cuando una persona adquiere nuevos conocimientos o habilidades, se forman nuevas conexiones entre las neuronas (sinapsis), permitiendo que la información se almacene y se recuerde con facilidad.
La plasticidad cerebral es especialmente importante en el aprendizaje, ya que permite que el cerebro se adapte a nuevas situaciones. Por ejemplo, al aprender a tocar un instrumento, el cerebro crea nuevas vías neuronales que facilitan la coordinación entre manos y oídos. Este proceso puede fortalecerse con la repetición y la práctica constante.
El sistema nervioso y la salud mental
La salud mental está íntimamente relacionada con el funcionamiento del sistema nervioso. Trastornos como la depresión, la ansiedad o el trastorno bipolar pueden estar asociados a alteraciones en la producción o el transporte de neurotransmisores.
Además, el sistema nervioso central es el responsable de procesar emociones, lo que hace que su salud sea fundamental para el bienestar psicológico. Terapias como la psicoterapia o el uso de medicamentos antidepresivos buscan equilibrar el sistema nervioso y mejorar el estado emocional de las personas.
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